Uno de los temas de debate en la era de la tecnología global es el proceso de urbanización y, por ende, la despoblación. Vivimos en una economía dual donde la mayor parte del crecimiento del PIB se concentra en pocas ciudades. Las zonas rurales por el contrario ven como su población cae y su PIB languidece.
El problema es que en ese entorno encontrar proyectos de inversión rentables para crear empleo y aumentar la población es más difícil. La complejidad es un reto para este economista observador y, por esa razón, estoy apoyando a proyectos que permitan favorecer inversiones rentables en zonas rurales.
1. Claves para conseguir que un pueblo no se vacíe
Esta semana mi amigo Ignacio Urquizu me invitó a participar en curso de la Universidad de Zaragoza sobre el futuro de los medios de comunicación en la era de la tecnología global en Alcañiz. El 95% de los militantes de Teruel eligieron a Urquizu para repetir como Diputado pero Sánchez, desde el aparato de Ferraz, se lo cargó. Los españoles perdimos un gran diputado con alta cualificación técnica pero los vecinos de Alcañiz deben estar agradecidos al dirigente del PSOE ya que tienen un gran alcalde.
El pueblo está lleno de vida, comienzan las fiestas esta semana y a finales de mes el Gran Premio de Motos traerá al circuito de Alcañiz 80.000 moteros en un pueblo de 16.000 habitantes. Alcañiz es el segundo municipio de Teruel con más población después de la capital. La campaña de Teruel existe fue de las primeras en denunciar la despoblación y se han tomado en serio luchar contra ella con todas sus fuerzas.
Hay dos claves para conseguir que un pueblo no se vacíe: que haya empleo y empresas rentables y que haya vida cultural y ocio en la zona. Urquizu tiene esas dos prioridades y su cerebro es como el volcán Stromboli, en permanente actividad y con erupciones (en su caso de idea.) La tendencia de despoblación es muy intensa pero esta es la única medicina para frenarla.
2. Andorra, un ejemplo de cómo frenar la despoblación
El seminario esperaba que fuera interesante y lo fue. Los debates de ideas son como el fútbol: si pones a gente con talento a debatir y hay respeto intelectual entre ellos, todo funciona. Urquizu ha conseguido llevar Alcañiz a Claudi Pérez de El País, Nacho Cardero del Confidencial, Juanlu Sánchez del Diario.es, Montse Domínguez del Hufftintong Post... y tuvo mucho nivel.
Pero el teorema de Blades –la vida te da sorpresas– se presentó. Cerca de Alcañiz está Andorra, donde acaban de cerrar las minas de carbón y pronto cerrará la central térmica. Andorra era un pueblo de 3.000 habitantes antes de abrir la central en los años sesenta y ahora tiene 7.000. Si no quieren vaciarse, necesitan reinventarse. Requieren de nuevas inversiones y empleo en otros sectores y vida cultural para que la gente joven no emigre.
▶ La realidad de una zona minera en reconversión
Eva, directora del medio local La Comarca, me puso en contacto con Roberto, un joven con más energía que la que produce la central. Roberto preside la asociación de empresarios de Andorra y me propuso organizar una visita a la zona. No se le puede hacer una propuesta más sugerente a un economista observador que anuló toda su agenda en Madrid y se fue a conocer la realidad de una zona minera en reconversión.
La primera visita fue a una fábrica de cartón donde, por ejemplo, se hacen las cajas del café Dolce Gusto que compramos en los supermercados. Unos empresarios locales sin conocimiento del sector del cartón aprovecharon fondos mineros para crear la empresa. Crecieron desordenadamente pero con mucho mérito en un sector muy competitivo.
Bajo precio, alto coste de transporte y pocos clientes con mucho poder de negociación hacen que esos sectores acaben concentrados en pocos empresas. Con la multinacional han aumentado el número de clientes, han mejorado la productividad, la seguridad de los trabajadores en la fábrica, han dado viabilidad a 160 empleos y hay proyectos de inversión para crear más.
Luego fuimos a comer al Balneario de Ariño. El chef es peruano y la comida fue espectacular y los precios del menú muy asequibles. El edificio se construyó con fondos públicos pero lo gestiona una empresa especializada en balnearios.
Joaquín, alcalde de Ariño y ahora senador por el PSOE, me contó las vicisitudes que tuvo que pasar para conseguirlo. Pero los maños son tenaces y Joaquín lo es -y mucho-, así como un gran alcalde que quiere a su tierra y lucha cada día contra la despoblación.
Trabajan con el Imserso para clientes jubilados y también con familias con niños pequeños que pueden usar la piscina. Un manantial de agua ha pasado a ser un centro donde se crea empleo y donde los clientes mejoran su salud. Tienen casi plena ocupación todo el año y están pensando en ampliar. Están rodeados de unas montañas preciosas, con buitres y cabras montesas salvajes que por las tardes, cuando se oculta el sol abrasador del verano, bajan al balneario a comer. Yo ya he reservado unas cabañas de diseño que tienen para llevar a mis niños a disfrutar del balneario y la naturaleza.
Luego fuimos a ver un nuevo proyecto de la empresa Samca, propietarias de las minas. La mayor parte de las minas ya han cerrado y las que eran a cielo abierto han sido rehabilitadas y parecen montañas originales creadas por la naturaleza con árboles repoblados. Al ser una gran empresa, Samca tiene 5.000 empleos y no pueden recibir subvenciones de los fondos mineros para este proyecto.
Ángel Luengo, una de las grandes fortunas de España, se empeñó en continuar con la actividad en la zona. Invirtió mucho dinero en I+D y han conseguido aprovechar una capa del carbón de origen vegetal para desarrollar un fertilizante que no erosiona el suelo y favorece el desarrollo agrícola. Además de crear muchos empleos, ayudará a regenerar la imagen del carbón como un producto sostenible.
Y luego fuimos a una fábrica de polvo de alabastro del que consiguen más de veinte usos. Desde la construcción, hasta la cosmética, pasando por la alimentación. Las vacas lamen el alabastro en el monte, ya que es rico en sales. Los inversores son alemanes y austriacos y había cuatro lugares en España con alabastro de buena calidad. Gracias a la gestión de Arex, la empresa de promoción exterior del gobierno de Aragón, eligieron Andorra.
Luego me regalaron unos melocotones de Calanda, seguramente los mejores del mundo, y aceite con aceitunas de la zona entre las que destaca la empeltre, que da un aceite suave, elegante y sabroso. El sector agroalimentario sigue siendo el que más empleo genera en el bajo Aragón.
3. Hay vida en la era de la despoblación
Este tipo de viajes te suben la moral y hay vida en la era de la despoblación. Este economista observador les ha puesto en contacto con Luis de Cristóbal que ha desarrollado varias start up, incluso en Sillicon Valley, colabora con Google España, es de Sigüenza, tiene una especial sensibilidad con la despoblación y ha desarrollado Repueblo.
Durante un fin de semana junta a un equipo de diez personas con experiencia en innovación y nuevos proyectos de inversión. Les lleva a un pueblo y trabajan para dar ideas para desarrollar proyectos locales y lo hacen sin cobrar nada a cambio. Únicamente la recompensa de algún día de ir al pueblo y comprobar que su idea ha generado empleo y ha ayuda a luchar contra la despoblación.
Yes we can.