Mi artículo publicado en El País.
Una de las mayores lacras de la comunidad valenciana es la corrupción sistémica del PP que afectó a todas las instituciones. Por fortuna ya hay un nuevo gobierno honesto y conviene no olvidar que el origen del desastre fue la burbuja inmobiliaria y la crisis bancaria. Hubo burbujas inmobiliarias en EEUU, Dinamarca, Reino Unido, Nueva Zelanda, etcétera por lo que había condiciones de euforia financiera mundial determinantes.
Pero en la comunidad valenciana la burbuja tuvo efectos más devastadores que en otros países y que otras comunidades autónomas y convienen analizar las causas y lo más importante tomar medidas para que no vuelvan a producirse. La prueba del algodón es que todas las grandes entidades financieras de la comunidad: Bancaja, CAM y Banco Valencia quebraron. Por lo tanto, la causa era sistémica y no sólo atribuible a la mala gestión que también la hubo.
El Tribunal Constitucional frenó la ley del suelo de Aznar, por invadir competencias de las comunidades autónomas, pero el gobierno valenciano del PP la aplicó fielmente. La ley permitía al sector privado ser agente urbanizador. El argumento era eliminar burocracia y aumentar la oferta de suelo con el fin de bajar su precio y facilitar el acceso de los valencianos, alicantinos y castellonenses a la vivienda y crear más empleo y más riqueza.
El resultado ha sido la mayor burbuja inmobiliaria de la historia desde que se creó el Reino de Valencia en el siglo XIII. El error fue de concepto, la corrupción es el efecto no la causa de la burbuja, y confirma que el modelo económico del PP además de falso es una grave amenaza para los ciudadanos. El suelo no es un bien como las naranjas que se compran, se venden y desparecen con su consumo. El suelo perdura y es un stock no un bien. Es el mismo error que cometió Franco durante el desarrollismo. Lo que era un uso rentable del suelo durante la burbuja ahora es un desastre para la sociedad.
Por esta razón dejar al sector privado el urbanismo y el uso del territorio es el mayor disparate económico desde la muerte de Franco que hoy se cumplen 41 años. El error lo están pagando todos los ciudadanos con elevado desempleo, especialmente juvenil, pobreza, precariedad salarial y deuda pública que tendrán que pagar todas las generaciones vivas y alguna de las que están por venir.
Por esta razón hay que celebrar que haya un nuevo gobierno en la Generalitat que haya presentado una nueva ley del suelo que elimina la capacidad del agente urbanizador privado de desarrollar el urbanismo. La ley permite la actividad empresarial, la economía de mercado y la libertad de fijación de precios , pero recupera para el estado el urbanismo y el control del territorio.
Esto supone una vacuna para no provocar futuras burbujas inmobiliarias y demuestra que el ser humano aprende de sus errores y toma medidas para no repetirlos. Si no tuviéramos esa capacidad de aprendizaje seguiríamos a cuatro patas en la sabana africana.
La nueva ley del suelo es condición necesaria para salir de esta maldita crisis pero no suficiente. Se necesitaba una política monetaria heterodoxa y un euro barato y el BCE ya lo está haciendo. Se necesitaba poner fin al austericidio. En 2013 Bruselas dio más tiempo a España para cumplir los objetivos de déficit. El gobierno de Rajoy dilapidó el tiempo y aumentó el déficit y la deuda pública, por eso ahora tiene que hacer nuevos recortes y subirnos de nuevo los impuestos, hasta cuando bebamos un refresco en un bar.
El gobierno de Ximo Puig ha aprovechado el tiempo y la intensa creación de empleo, más intensa en la comunidad valenciana que en el resto de España y más intensa que cuando gobernaba el PP, para reducir el déficit. Por eso aumenta el gasto social y construye escuelas para los niños que estaban en barracones prefabricados. Para un socialdemócrata eficiencia en el gasto público y la estabilidad presupuestaria son los pilares sobre los que construye el estado del bienestar.
El gobierno valenciano tras sanear el IVF y la Sociedad de Garantía Recíproca que el PP dejó quebrado y con un profundo agujero que ha aumentado la deuda, tiene ahora como prioridad el cambio de modelo de crecimiento. La comunidad valenciana se está convirtiendo en un referente innovador y de creación de nuevas empresas y el estado puede colaborar a ello como han hecho en California, en Seattle, en Massachussett, en Taiwan, en Corea del Sur o en los países nórdicos. Los socialdemócratas somos progresistas y la innovación es la base del progreso.
El tiene las universidades y los centros de conocimiento y va a colaborar con las empresas para modernizar las que ya existen y apoyar las de nueva creación. No es necesario que sean valencianas, basta con crear buenos empleos con buenos salarios en la comunidad. Por geografía, conexiones aeroportuarias, capital humano y calidad de vida la comunidad valenciana es muy atractiva para ser sede de empresas innovadoras.
Faltaría mejorar la infraestructuras, especialmente el arco Mediterráneo, y cambiar la reforma laboral que ha impuesto el modelo “yo te lo hago más barato” en el que Rajoy demuestra no haber aprendido nada de los errores de la burbuja que tanta infelicidad han generado a los españoles.
El Gobierno valenciano es el más endeudado de España y España es uno de los países con más deuda pública del mundo. Por eso es clave que el plan de inversiones sea europeo con eurobonos para no aumentar nuestra elevada vulnerabilidad financiera. Para eso Rajoy debería apoyar en el Consejo Europeo a Hollande y Renzi, socialdemócratas, que están proponiendo el plan. Lamentablemente, este fin de semana Rajoy ha vuelto a entregarse a los brazos de Merkel que con la amenaza de la extrema derecha en Alemania es el principal impedimento para desarrollar el Arco Mediterráneo.
Ya hay muchos empresarios valencianos, alicantinos y castellonenses que entienden que la clave del éxito empresarial es el capital humano y apuestan por el modelo “yo te lo hago mejor ya buen precio”. Pero son una inmensa minoría y hacen falta más que empiezan a pagar salarios por encima de la media para atraer talento. La clave es que esas empresas puedan ofrecer bienes y servicios más innovadores, con más calidad, con imagen de marca y a buen precio que permita pagar esos salarios más altos con más ventas y generando más empleos para reducir la tasa de paro.
Este es el gran reto. Cada día que conozco más el entramado innovador de la comunidad valenciana, desde Villarreal hasta Alcoy o Elche pasando por Castellón, Alicante y Valencia permite ser optimista sobre el futuro, aunque llevará tiempo cerrar todas las heridas de la burbuja y quedarán cicatrices. Estar vacunados contra burbujas con la nueva ley del suelo aumenta significativamente las probabilidades de éxito. Yes we can