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Ayer en la Sexta Noche Rajoy perdió el combate por incomparecencia, como destacaron los ciudadanos que preguntaron desde la grada. Tras Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera, el PP decidió enviar a González Pons. Vive toda la semana en Bruselas, pero ayer parecía que se había ido a vivir a Marte.
Todas las cifras que dio sobre economía eran falsas, con la intención de engañar a los telespectadores. Pero conviene corregir dos que van a ser la estrategia de Rajoy para infundir el miedo a los españoles.
“Cuando llegamos no había dinero en la caja”. Por suerte es fácil de contrastar que el PP miente ya que hasta Forrest Gump sabe cuál es el saldo de su cuenta en el banco. El gobierno tiene su dinero en una cuenta en el Banco de España donde recauda nuestros impuestos, recibe el dinero de nuestras emisiones de deuda y realiza sus pagos. En el gráfico se ve como había 30.616 millones de euros en la cuenta el 31 de diciembre de 2011 cuando Rajoy tomó posesión.
Aquello coincidía con las subastas extraordinarias que el BCE anunció para evitar el rescate de Italia que provocó la salida de Berlusconi del poder y su sustitución por Monti, un tecnócrata con el apoyo del partido del propio Berlusconi. Cosas de la política de pactos en Italia fruto de su fragmentación política que los españoles no entendemos, pero que según las encuestas será lo habitual en la próxima legislatura.
Aquellas subastas permitían a la banca acceso ilimitado a préstamos a tres años a tipos próximos del 0%. Eso les permitió comprar cantidades masivas de deuda pública. Y explica que la caja superase los 55.000 mill en abril, antes de comenzar la crisis de Bankia.
En febrero de 2012 el gobierno publicó un decreto que obligaba a los bancos a provisionar pérdidas por el 80% del valor del suelo en los créditos a promotores. Ese decreto provocó la quiebra de Bankia y, como investiga el juez Andreu, la base para imputar varios delitos penales a Rato por falsear las cuentas en la salida a bolsa.
Como se puede comprobar en el gráfico, Rajoy disponía de suficiente dinero en la caja y capacidad adicional de emisión de deuda para haber acometido el saneamiento de Bankia sin necesidad de un rescate de nuestros socios europeos. No lo hizo porque aquello suponía incumplir su promesa electoral de “no meter ni un euro a la banca” y tendría un coste político.
La otra afirmación falsa, fácil de contrastar, que usa el PP es: “España estaba en quiebra cuando llegamos”. Los tipos de interés a largo plazo se forman sobra la base de los tipos a corto que fija el BCE y las primas de riesgo. La principal prima de riesgo son las expectativas de inflación. Pero dentro de una unión monetaria la prima de riesgo principal es el temor al impago. Y se divide a su vez en dos: riesgo de ruptura sistémica del euro y riesgo de una salida individual, como sucede en la actualidad con Grecia.
En el gráfico se puede observar los tipos de la deuda pública a 10 años de España e Italia. Ambos tipos eran muy superiores a los de Alemania. Por lo tanto el temor de los inversores a una ruptura del euro era elevado. El temor era justificado y la propia Merkel ha reconocido que el euro estuvo a punto de romperse en septiembre de 2011.
Pero en el gráfico se observa que el tipo de España en diciembre de 2011, cuando Rajoy llegó a la Moncloa, era 100 pb inferior al italiano. Eso significa que los inversores veían más probable la salida de Italia del euro que la de España. En el gráfico se observa cómo los tipo de ambos países cayeron con fuerza hasta abril debido a las compras masivas de los bancos españoles e italianos de deuda pública. Compras que permitieron llenar la caja hasta un record histórico y que habrían permitido evitar el rescate, como se demostró en Italia.
Recuerdo un desayuno en una influyente embajada a finales de abril de ese año, ante el temor fundado del rescate a España que se materializó unas semanas después. En el desayuno estaba uno de los socios de Montoro en el chiringuito que montó cuando salió del gobierno en 2004 y que también había ocupado altos cargos en el gobierno de Aznar. Su tesis era que la bajada de la prima de riesgo española se debía exclusivamente a la mejora de la confianza que el gobierno de Rajoy había generado en tan sólo cuatro meses gracias a sus reformas.
Un miembro de la embajada dijo con sarcasmo: “yo pensaba que la bajada de la prima era por las subastas del BCE.” Como en tantas ocasiones en mi vida, sentí vergüenza ajena por el ridículo de la gente del PP en reuniones de alto nivel y la imagen tan patética y chapucera que proyectan de nuestra querida España cuando gobiernan. Esa misma semana Sáez de Santa María en la rueda de prensa del consejo de ministro defendió que la prima de riesgo había bajado por la confianza generada por el gobierno de Rajoy, reflejando que sus conocimientos de economía son igual de limitados que los de su jefe.
A la vez que la banca española compraba la deuda pública, los inversores internacionales huían despavoridos de nuestra querida España ante el temor de la quiebra de todo nuestro sistema bancario. Vendían acciones también de nuestros grandes bancos Santander y BBVA cuyos CDS triplicaban los de sus homólogos franceses o alemanes.
Cuando acabó la subasta y la banca dejó de comprar deuda pública la supuesta confianza en España se derrumbó como un castillo de naipes. Como le está sucediendo a Grecia en la actualidad por la irresponsable gestión de Syriza, España perdió la capacidad para emitir deuda. El propio ministro Guindos ha reconocido que la fuga de capitales superó los 250.000 mill el 25% del PIB. La mayor fuga de capitales de nuestra historia y una de las mayores crisis financieras de la historia mundial.
Por esta razón nuestra prima se disparó y superó a la italiana en 200 pb.
El temor al contagio de la crisis española y a la ruptura del euro forzaron a Draghi a pronunciar aquellas 13 palabras mágicas que cambiaron el destino de España. Rajoy estuvo a punto de devolver a España al ostracismo de salir del euro y volver a nuestra tradición de impagos de deuda ilegítima, elevadas inflaciones, crisis cambiarias y financieras repetidas y pobreza crónica que gracias a la democracia a nuestra entrada en el proyecto europeo hemos sido capaces de dejar atrás.
El lunes después del rescate este economista observador estaba en Moncloa con el asesor de Rajoy -Alvaro Nadal-, principal referente económico en la actualidad del PP que realiza su programa electoral. Nadal corría como un pollo sin cabeza ante las llamadas de Rajoy por la subida de la prima de riesgo esa tarde. Le pregunté cuales eran las condiciones del rescate en términos de plazo, tipo de interés, subordinación y condicionalidad del MoU y me dijo que no habían hablado de nada de eso.
Salí de la Moncloa con una gran indignación e impotencia ese día al comprobar que Rajoy y su equipo económico habían metido a España en un agujero negro que nos llevaba a lo más oscuro de nuestra historia. Normalmente suelo aislar a mi familia de mi trabajo para mantener mi vida emocional estable. Pero aquella noche mi mujer me vio muy preocupado y no pude evitar desahogarme. Temía sinceramente por el futuro de mis hijos y de tantos españoles que iban a sufrir el dolor que aquella pésima gestión iba a provocar.
Por fortuna, el BCE reaccionó y la Comisión acabó con la exigencia de ajustes fiscales adicionales en el verano de 2013. Pero en 2016 se acabarán las compras y tras ver ayer a Pons en la Sexta volvieran mis temores. Por fortuna miré la última encuesta del CIS y me tranquilizó como un poleo menta. Los españoles dicen que Rajoy es el peor presidente de la democracia y uno de cada dos votantes del PP en 2011 les ha retirado su confianza. Y lo que les queda. Imagina la corrupción que nos vamos a enterar cuando cambien gobiernos como los de Valencia o Madrid donde el PP lleva 20 años gobernando.