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Ayer el debate Rajoy versus Sánchez tuvo casi 10 mill de espectadores de media por lo que durante el debate que fue muy largo seguramente varios millones más de españoles lo vieron en algún momento. De nuevo, queda demostrado que la hipótesis de que la sociedad española ha perdido el interés por la política es falsa.
El momento más tenso del debate fue la acusación de Sánchez de no ser decente cuando acusó a Rajoy de nombrar a Bárcenas tesorero, permitir que se rompieran sus discos duros, que le despidieran en diferido y que, sobre todo, cobrara sobresueldos siendo ministro e incumpliendo la ley de incompatibilidad.
Rajoy en 2005 acusó a Zapatero en sede parlamentaria de traicionar a los muertos por iniciar una negociación con ETA. Y este fin de semana Colau ha llamado criminales a los socialistas. Por lo tanto, para el nivel al que estamos acostumbrados lo de Sánchez ayer lo podemos considerar un capón.
Rajoy ha perdido 5 mill de votos según las encuestas, pero parece darlos por perdidos y salió a empatar, algo que recordemos ya le criticó Aznar en la campaña de 2004. Sánchez era su última oportunidad y salió a ganar desde el minuto cero. Su inicio fue fulgurante. En el bloque de economía lo trituró. En la encuesta de Atresmedia daban un empate técnico en economía, cuando el CIS hace un mes daba una diferencia de 20 puntos a favor del PP. Acusan a Rajoy de no prepararse el debate, pero Campo Vidal ha reconocido que tenía muchos papeles y la mayoría de puño y letra.
El problema es que objetivamente los datos económicos son peor que en 2011 y Rajoy -protegido por su guardia pretoriana durante cuatro años de los debates- se ha alejado de la realidad de los ciudadanos y por eso vive en el show de Truman, rodeado de figurantes por la Moncloa.
Sánchez fue extremadamente eficaz en desmontar una por una todas las mentiras de Rajoy durante la campaña: más déficit en administración central y sobre todo en seguridad social desde 2011, más impuestos, más deuda pública, menos empleo, menos salarios, menos prestaciones por desempleo, recortes en sanidad, educación y dependencia, congelación de pensiones y pérdida de capacidad adquisitiva de las mismas; cómo ha esquilmado la hucha de las pensiones, rescate, caída del crédito a empresas y familias, etcétera.
Sánchez fue eficaz al desmontar los méritos de Rajoy en la recuperación al acusarle de tener superpoderes: ha comprado usted deuda pública desde el BCE, ha bajado usted las primas de riesgo de todos los países europeos, ha depreciado el euro y ha bajado el precio del petróleo. Sánchez únicamente dejó pasar las falsedades de Rajoy en cuanto al empleo. Rajoy acusó cuatro veces a los socialistas de haber destruido 3,5 millones de empleos y dijo que ellos habían creado un millón de empleos.
En el gráfico anterior se observa cómo desde 2004 a 2011 durante las dos legislaturas de Zapatero se crearon 1 millón de empleos. Y durante la legislatura de Rajoy se han destruido medio millón de empleos. Los datos son del FMI y usa datos del INE de contabilidad nacional a tiempo completo equivalente.
Si usamos datos de afiliaciones, hay 200.000 afiliados menos en la seguridad. Pero el INE usa datos de la EPA y corrige por horas trabajadas. Si se destruyen dos empleos a tiempo completo y se crean dos a tiempo parcial las afiliaciones dicen que no se ha destruido empleo. Pero al corregir por tiempo completo equivalente el empleo ha caído un 50%. Esto permite que los datos de la serie histórica sean comparables. Por eso el FMI, la Comisión, la OCDE y 9 de cada 10 economistas usamos este dato para analizar la evolución del empleo.
La causa de esa destrucción de empleo fueron los errores de la austeridad que Rajoy vendía en 2011 y que nos sacaría de la crisis, el rescate, la fuga de capitales de 2012 -la mayor de la historia de España-, el desplome del crédito y de la inversión empresarial que vino detrás y la deflación salarial provocada por la reforma laboral de Rajoy.
Los efectos del desastre de la gestión de la política económica de Rajoy quedan reflejados en los salarios de los trabajadores que han caído 40.000 mill de euros desde 2011. Si dividimos la masa de salarios por el número de trabajadores obtenemos el salario medio que ha caído desde 2011 un 5% nominal, la primera caída de salarios nominales en España desde que existen estadísticas. Si tenemos en cuenta que el IPC y el coste de la vida media ha subido un 2% desde 2011, la pérdida de capacidad adquisitiva con Rajoy de un trabajador medio ha sido del 7%.
Si sumamos que Rajoy ha subido el IRPF, el IVA e impuestos especiales por valor de 14.000 mill, el 3% de la masa salarial, un trabajador medio en España es un 10% más pobre hoy que cuando Rajoy llegó a la Moncloa. Y la desigualdad ha aumentado ya que la deflación salarial se ha cebado con los salarios.
Por lo tanto, todos somos más pobres pero unos más pobres que otros.
Pero la mayor cicatriz de la legislatura que costará mucho tiempo cerrar son los 700.000 españoles que siguen en el paro, que han perdido la prestación desde 2011 y que viven de la beneficencia y de las ONG’s, que han aumentado significativamente a las personas atendidas desde que Rajoy llegó a la Moncloa.
Las pensiones desde 2011 han subido 1% y el IPC 2%. Por lo tanto, los pensionistas han perdido poder adquisitivo. Si sumamos impuestos y copagos, los pensionistas son un 4% más pobres hoy que cuando Rajoy llegó a la Moncloa. Pero los precios de la luz y los alimentos han subido un 7% desde 2007. Estos dos componentes representan la mayor parte de la cesta de la compra de las pensiones mínimas. Por lo tanto, todos los pensionistas son más pobres con Rajoy, pero unos más pobres que otros.
¿Qué sucedió durante las dos legislaturas de Zapatero? Además de crear 1 millón de empleos, como se puede comprobar en el gráfico, el salario medio aumentó un 33%. Si corregimos el aumento de la inflación que fue del 24%, los trabajadores españoles eran en media un 9% más ricos en 2011 que en 2004. Los pensionistas también ganaron un 7% de poder adquisitivo desde 2004. Pero las pensiones mínimas subieron un 50% y las de viudedad con hijos a cargo un 90% desde 2004 hasta 2011.
¿Cuál es el resultado? Aumento del empleo y de los salarios desde 2004 hasta 2011, mayor recaudación de la seguridad social y del estado, subidas de las pensiones, aumento de la hucha y mejor sanidad, dependencia, becas y educación. Desde 2011 con Rajoy hay menos empleos y menores salarios, menos ingresos en la seguridad, se come la hucha de las pensiones y deja un agujero de 32.000 mill.
El análisis que ha realizado aquí este economista observador es puramente descriptivo para demostrar que Rajoy miente sistemáticamente cuando habla de la realidad económica, como ayer pudieron comprobar todos los telespectadores con las precisas críticas de Sánchez.
Habría sido intelectualmente más atractivo para este economista observador analizar las causas de la crisis, sus cicatrices, la pobreza, la estructura fiscal, la precariedad y el funcionamiento del mercado de trabajo, la débil inversión en I+D+i, la educación, la revolución digital, etcétera. Pero con Rajoy es imposible hacer un debate serio. Ruin y miserable es culpar a Zapatero de la crisis. Rajoy sabe muy bien que Zapatero heredó una burbuja inmobiliaria que se gestó desde 1998 hasta 2004, cuando comprar una casa para un español medio pasó de 3,5 veces su salario medio a 7 veces. Rajoy sabe que entre 2008 y 2011 se destruyeron 2 mill de empleos y no 3,5 mill. como repite cada día como un papagayo, así como todos los representantes del PP por los platós de la televisiones. Y sobre todo, Rajoy sabe que 1,5 mill de empleos destruidos lo explica el pinchazo de la burbuja inmobiliaria que se formó cuando nos contaban la milonga que España iba bien.
También sería más importante para los españoles, con un buen diagnóstico, hablar de propuestas y soluciones. Ayer vimos a un Rajoy agotado y a un político del siglo pasado. Su propuesta es no cambiar nada. Si no cambiamos nada en 2019 el agujero de las pensiones será 45.000 mill, se habrá acabado la hucha, el BCE ya no comprará deuda pública y entonces habrá que liquidar el estado del bienestar que nos ha costado 40 años construirlo con el esfuerzo de muchas generaciones de españoles, de los que están, de los que no están y que padecerán los que están por venir.
Pedro Sánchez demostró ser un político del siglo XXI, con un buen diagnóstico y con ganas y ambición de resolver los problemas. Apuesta por un modelo de economía del siglo XXI, habló de innovación, de digitalización, de educación, de pobreza, de desigualdad, de oportunidades para nuestros jóvenes y de aumentar los salarios, las rentas y los ingresos del estado y la seguridad social y garantizar las pensiones y el estado del bienestar.
En el diagnóstico y la necesidad de cambio Sánchez coincide con buena parte de la sociedad española y con los nuevos partidos. Discrepan en las soluciones pero eso queda para la negociación y el consenso, que será clave en un parlamento fragmentado como el que indican las encuestas.
Las opciones para el presidente de nuestra querida España entre Sánchez y Rajoy quedaron ayer evidentes y son muy distintas. Veremos qué eligen los españoles este domingo. Pase lo que pase, seguiremos observando.