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El pasado domingo Cataluña eligió nuevo Presidente con el objetivo de sentar las bases para la independencia unilateral y convocar nuevas elecciones constituyentes en 12 o 18 meses. El proceso sigue adelante y este economista observador se preguntaba cómo se lo tomarían los mercados. La reacción en las bolsas ha sido de indiferencia. De hecho, la bolsa española iniciaba la sesión al alza y las acciones de los bancos catalanes también subían.
La prima de riesgo ha repuntado a lo largo del día, pero mínimamente. El bono a 3 años del Tesoro público español cotizaba al cierre de la sesión de hoy al 0,13%. Por lo tanto, la probabilidad que le asignan los inversores a un impago de la deuda pública española seguía próximo a cero.
El mayor impacto, como era de esperar, se producía en la deuda emitida por la Generalitat de Catalunya. Hace un lustro que Catalunya no tiene acceso a los mercados, pero hay bonos a largo plazo emitidos antes de 2010 que siguen cotizándose en el mercado interbancario. El pasado viernes un bono con vencimiento a 5 años de la Generalitat cotizaba 200 puntos básicos por encima del bono del Tesoro español. Hoy repuntaba con fuerza en la apertura hasta 250 pb. Andalucía cotiza a 50 pb por encima del Tesoro. Por lo tanto, la prima de riesgo de Catalunya con Andalucía cerraba hoy a +200 pb, similar a la de Portugal con Alemania.
Para un ciudadano normal estos números le sonarán a chino y los independentistas pensarán que unos pocos inversores no pueden revertir el destino y la historia. Voy a intentar explicarlo sencillo y con todo el respeto. Catalunya no tiene crédito internacional, como Grecia. Ningún inversor no residente tiene ya bonos de la Generalitat en su cartera y todo está en manos de españoles y en su mayor parte de fondos y bancos catalanes. Hoy esos fondos y bancos intentaron vender, pero nadie quería comprar esos bonos.
Una Catalunya independiente tendría que pedir su acceso a Naciones Unidas y a la Unión Europea y eso lleva unos trámites. Y mientras duran esos trámites, Catalunya no podría financiar su déficit, ni pagar a sus profesores, médicos o policías. El caso más grave sería para los pensionistas y desempleados. Las cotizaciones a la Seguridad Social de los trabajadores catalanes es 5.000 millones inferior de lo que cobran los pensionistas y desempleados de Catalunya.
Por lo tanto, lo primero que haría un gobierno de una Catalunya independiente sería recortar las pensiones, las prestaciones por desempleo y el sueldo de los profesores, médicos y policías. En Esquerra dicen que la independencia no es un asunto económico y que asumirían cualquier coste económico. La duda que me surge es: ¿sus votantes pensionistas, desempleados y funcionarios también?
Supongo que el nuevo presidente de la Generalitat por su CV tendrá escasos conocimientos de cómo funcionan los mercados internacionales de capitales. Espero que alguien le explique esto tan básico y replantee sus posiciones. Si uno elige un mal momento para independizarse de España es imposible elegir uno peor.
Y espero y deseo que pronto en España tengamos otro presidente que además de decir la perogrullada de que va a hacer cumplir la ley, lidere la resolución del conflicto, inicie un proceso de negociación y busque vías de solución, en vez de aumentar el número de independentistas que es lo que ha hecho Rajoy desde el día que llegó a la Moncloa.