Mi artículo publicado en El País.
Draghi consiguió ayer tranquilizar a los mercados sobre el Brexit y la solvencia de los bancos tras la crisis bancaria que padece Italia. Crédito viene del latín creer y los mercados creen en Draghi. Pero las creencias no siempre están basadas en la racionalidad. En el caso del presidente del Banco Central Europeo (BCE) hay un efecto placebo que le da un plus a la efectividad de la política monetaria.
Pero la economía europea no va bien. El BCE, cuando anunció el programa de compras de deuda, dijo que tendría un impacto positivo sobre la inflación. Si nos centramos en los precios de servicios, que reflejan bien la presión de demanda interna y las dinámicas de inflación, siguen próximos al 1%, el mismo nivel que hace un año.
La teoría económica dice que la inflación es un fenómeno puramente monetario ¿Cómo es posible que el banco central meta tanto dinero en el sistema y la inflación no repunte? La realidad es que Europa padece lo que el economista Richard Koo denomina una recesión de balance, similar a la que padece Japón desde hace 25 años.
Tras la crisis de deuda las familias y las empresas han cogido fobia a endeudarse y lejos de pedir nuevo crédito, devuelven sus deudas. Por lo tanto, parte del PIB generado se usa para pagar deudas antiguas y eso mantiene la demanda de inversión débil. Y ante la debilidad de la demanda de crédito el dinero inyectado por el BCE se queda embalsado en el sistema financiero y genera burbujas y anormalidades como tipos de interés negativos en bonos alemanes a 10 años.
Los bonos protegen a los inversores de la inflación y se compran para mantener la capacidad de compra. La gente que compra bonos a alemanes al -0,1% a 10 años ¿tiene expectativas de que en los próximos 10 años habrá deflación en Alemania cómo en Japón? Parece más razonable pensar que la intervención del BCE infla artificialmente el precio de los bonos generando burbujas.
¿Cómo se sale de una recesión de balance? Keynes nos enseñó que es condición necesaria romper la trampa de la liquidez con política fiscal. Pero la política fiscal tiene límites y el principal es que el Tesoro pueda emitir bonos y financiar el déficit. Draghi pide a Rajoy que cumpla con Bruselas y haga ajustes.
Por lo tanto, España necesitaría compensar vía exportaciones su menor crecimiento de demanda interna en 2017. Por eso Draghi pide un plan de inversión europeo.
También es necesario sanear el sistema bancario y desatascar los canales crediticios. En eso Draghi calla y se pone de perfil. Fue supervisor bancario italiano y ahora europeo y tanto antes como ahora miró para otro lado cuando los bancos italianos y europeos metían activos problemáticos debajo de las alfombras. Lo mismo que el resto de bancos europeos. El problema es que, como cuando metes la basura en un cuarto, no la ves pero huele.
Sin plan de inversión europeo y sin sanear el sistema bancario queda recesión de balance en Europa y en España para rato.