Mi artículo publicado en El País.
Mariano Rajoy ha conseguido en cuatro años muchos récords Guinness: el único presidente rescatado, la mayor subida de impuestos de la historia superando el programa electoral de IU en 2011, un 100% de deuda pública que supone unos niveles no vistos desde 1909, una fuga de capitales del 25% del PIB, una corrida de depósitos de 150.000 millones en 2012 durante la crisis de Bankia, un desplome de 300.000 millones de crédito a empresas y familias, etc.
En 2015 hay que añadir haber incumplido el déficit todos los años de su mandato y 15.000 millones de agujero en el sistema de pensiones. Y ahora puede ser el primer presidente europeo en ser sancionado por incumplir el Pacto de Estabilidad desde que nació el euro. La causa es que el incumplimiento no fue por causas exógenas, sino por medidas discrecionales de Mariano Rajoy y su equipo económico en año electoral. Si España no hubiera tenido gobierno en 2015, el déficit habría cerrado 2015 próximo al 3% del PIB, gracias a la compra de deuda del BCE y la bajada del precio del petróleo. España habría cerrado el déficit primario antes del pago de intereses y estaríamos en la senda de sostenibilidad fiscal.
La sanción europea sería de 2.000 millones. Para no perder el sentido de la magnitud, la “X” que figura en la declaración del IRPF para fines sociales que gestionan las ONG en su lucha contra la pobreza recauda 300 millones. Pero lo más grave es que la Comisión advierte de que volveremos a incumplir en 2016 y 2017.
En el primer trimestre de este año, el INE ya ha confirmado oficialmente que el déficit, lejos de disminuir, aumentó. En el segundo trimestre los datos de la Intervención General de la Administración central (IGAE) confirman que el déficit sigue aumentando. Los ingresos tributarios caen un 3% por la rebaja electoralista del IRPF y de sociedades del pasado año. Sin embargo, en el presupuesto decían que crecerían un 5%. Y aunque la inversión pública se ha frenado en seco con un desplome del 30% anual en 2016, Rajoy sigue aumentando el gasto corriente y la burocracia un 6%. Pero la situación más delicada que comienza a generar alarma social es el agujero del sistema de pensiones, que sigue engordando a pesar de que el empleo crece un 3% y las pensiones están cuasicongeladas.
La culpa no es de Zapatero, que dejó las cuentas de la Seguridad Social equilibradas y la hucha de las pensiones inmaculada con 66.000 millones. La culpa tampoco es de Podemos, ni de Venezuela, ni de Syriza.
La principal amenaza para el sistema público de pensiones se llama Mariano Rajoy Brey. En 2017 la hucha de las pensiones se habrá acabado, y el agujero crece y crece. Hay dos opciones: I) mejorar la negociación colectiva de la reforma laboral de 2012, subir el salario mínimo un 2%, objetivo de estabilidad de precios y modernizar nuestras empresas (sólo el 1% tiene más de 100 trabajadores y paga el doble de salario medio que las microempresas), o II) los pensionistas que cobren más de 1.000 euros mensuales tienen razones para estar preocupados.