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El tsunami político de las elecciones andaluzas

Las elecciones andaluzas han vuelto a provocar un tsunami político. En 2018 fueron las primeras elecciones tras la moción de censura a Rajoy. Vox irrumpió con 11 escaños, Ciudadanos subió con fuerza y el bipartidismo del PSOE y el PP sacó el peor resultado de la historia. Las de 2022 han supuesto una mayoría absoluta aplastante del PP, caída de votos del PSOE, Podemos fue con dos marcas distintas y ha sido irrelevante, Ciudadanos ha desaparecido y Vox pierde casi un 40% de votos con respecto a los que obtuvo en las elecciones generales en 2019.

La democracia es el sistema de la participación y a este economista observador le gusta analizar las tendencias de números de votos en crudo, sin algoritmos, porcentajes, escaños, etcétera. En el gráfico posterior se observa que el PP ha recuperado el nivel de voto que tenía con Aznar y que consiguió con Rajoy en 2012, antes del rescate, los recortes y la crisis social e institucional en la que seguimos inmersos.

¿Cómo va a afectar a la política económica este tsunami electoral?

La gran diferencia es que el PSOE obtuvo el domingo 644.000 votos menos que en 2012. A Vox le han votado 494.000 andaluces y muchos habían votado al PP anteriormente. Por lo tanto, los votos de PP y Vox suman lo mismo que obtenía el PSOE en los tiempos cuando era una institución en Andalucía y en esa región tenía su gran granero de votos para ganar las elecciones en España.

Si el PP ha perdido votos por su derecha, es evidente que ha ganado muchos votos por el centro y muchos de esos votantes anteriormente eran socialistas. Muchos socialistas andaluces decidieron votar a Ciudadanos en 2018. La mayoría de esos andaluces han votado al PP y se estima que otros 200.000 andaluces que votaron al PSOE en 2018 han votado ahora a Juanma Moreno.

Mi interés en este análisis se va a centrar en como este tsunami va a afectar a la política económica y a las decisiones del Gobierno en el próximo año. El análisis de lo que va a hacer la derecha en la oposición es más sencillo.

Igual que hizo Feijóo en 2008 en Galicia e igual que hizo Rajoy en España en 2011, van a ir a cuanto peor mejor para desgastar al gobierno y que anticipe elecciones cuanto antes. “Que se hunda España que nosotros la salvamos” que dijo Montoro. El problema es que hoy ya sabemos que Rajoy fracasó, tuvo que pedir un rescate, provocó el desplome de votos del PP en 2018 a la mitad que ahora y la grave crisis institucional en la que continuamos.

Me temo que la reacción de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz también va a ser la equivocada

La realidad, les guste o no, es que el eje del voto en Andalucía se ha desplazado significativamente al centro. Un cambio sociológico tan profundo tendrá muchas causas, pero es un hecho que la crisis energética ha provocado un fuerte aumento de la inflación que afecta especialmente a rentas medias y bajas.

Andalucía tiene una renta por habitante más baja que la media y la subida de los precios energéticos y los alimentos les afecta en mayor medida

Esta crisis habrá influido en muchos votantes tradicionalmente de izquierdas para votar ahora al PP, que seguramente les genera más confianza para gestionar la crisis que Pedro Sánchez y el PSOE.

Sin embargo, Pedro Sánchez ha dicho ante su comisión ejecutiva que el problema es que no tienen comunicadores políticos y que van a hacer un rearme ideológico. La duda es: ¿el rearme ideológico va a ser ir más a la izquierda donde cada vez hay menos votantes? Yolanda Díaz viene del PCE y por primera vez en la historia no van a tener ningún diputado en el parlamento andaluz, y ya ha anunciado sus medidas: cheque de 300 euros para familias afectadas, subvención del abono transporte al 50% y un impuesto extraordinario a las empresas energéticas.

Llevo un año desde que comenzó la crisis energética advirtiendo que no hay margen fiscal para bajar impuestos y aumentar gasto público, que el BCE con la inflación dejaría de comprar deuda pública y que volvería a la tensión a las primas de riesgo.

Ese momento ya ha llegado y el BCE, con buen criterio, tuvo que convocar una reunión de urgencia la pasada semana para frenar una crisis financiera en la prima de riesgo italiana que estaba contagiando a la española.

También llevo un año diciendo que el escaso margen fiscal había que usarlo para proteger con un cheque a las rentas bajas que son las que las que más están sufriendo la crisis. Por lo tanto, bienvenida la medida y seguramente tendrá apoyo suficiente en el Congreso.

La única solución a una crisis de oferta por aumento del precio del gas y del petróleo es reducir la dependencia y su consumo. Por lo tanto, subvencionar el transporte público para reducir el uso del coche y el consumo de gasolina también es bienvenida. Esta medida debe ir acompañada de un plan de movilidad para reforzar el transporte público y atender con calidad ese aumento de demanda o de lo contrario fracasará.

Además, debería ir acompañada de un plan de política industrial y tecnológica aprovechando los fondos europeos. La empresa española Solaris es el líder europeo en autobuses eléctricos y con ella como empresa tractora se puede desarrollar un ecosistema de proveedores que además de reducir la dependencia del gas y de Putin, creen empleos de calidad en España.

La obsesión del Gobierno con las empresas energéticas en el último año no les ha ayudado nada a evitar la debacle de votos en Andalucía

Y es falso que las empresas eléctricas tengan beneficios caídos del cielo como lleva diciendo el Gobierno desde el pasado verano. El 80% de los contratos con clientes de las empresas eléctricas son a precios fijos. Sin embargo, para atender esa demanda tienen que quemar gas y tienen que pagar ese gas cinco veces más caro en el mercado que hace un año.

El tope del gas que ha fijado Bruselas ha limitado el precio de la luz y supone un gran avance para los 10 millones de españoles que siguen en la tarifa regulada por el Gobierno. Pero la compensación del consumo de gas que tenemos que pagar los consumidores es para comprar gas y no son ingresos, ni beneficios para las empresas eléctricas.

Las empresas eléctricas ya han presentado resultados en el primer trimestre y han tenido una caída significativa del margen en el último año

Si de verdad hubiera beneficios caídos del cielo, estarían subiendo con fuerza en bolsa como sucede con las empresas petroleras. Nuevas empresas de renovables que salieron a cotizar a bolsa, ven como el precio de sus acciones ha caído un 90%. Y Endesa, filial de ENI (la empresa pública italiana), ve cómo su acción está un 20% por debajo de su nivel de hace un año.

Iberdrola, 100% española y líder mundial en energía eólica, tiene el precio de su acción al mismo nivel que hace un año. Iberdrola ha tenido récord histórico en beneficios pero fue porque aumentó en 10.000 millones su inversión en renovables el último año en las principales economías del mundo: EEUU, Reino Unido, Alemania, Japón, Australia, etcétera. Pero en España, Iberdrola tuvo un 30% menos de margen en el primer trimestre de este año con respecto al primer trimestre de 2021, antes de comenzar la crisis energética.

La teoría económica que enseñamos en la universidad y que debería haber estudiado Pedro Sánchez cuando era alumno de economía dice que una subida del impuesto del capital en un sector que está en contracción de márgenes tendrá un efecto negativo sobre la inversión en renovables, sobre el empleo y sobre el desarrollo industrial del sector con más potencial de futuro tiene en nuestra querida España. Eso prolongará nuestra dependencia del gas y la inflación y llevará  a más perdidas de votos para el PSOE y para cómo se acabe llamando Podemos.

Veremos.