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Banco Popular: ¿otra crisis que salvaremos todos los contribuyentes?

Banco Popular
Fuente foto: EFE

 

Ayer la agencia Reuters informaba que el Mecanismo de Resolución Único (MUR) ha advertido a altos cargos europeos de que el Banco Popular podría necesitar una resolución ordenada si no consigue comprador. Y la semana que viene el nuevo presidente del banco tiene una reunión clave en Frankfurt con los nuevos responsables de supervisión bancaria del BCE.

 

¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN EL BANCO POPULAR?

 

La acción del Banco Popular se ha desplomado en bolsa y las agencias de rating lo han situado próximo al impago efectivo (un rating similar a Grecia). ¿Qué pasa con el Banco Popular? Porque tras diez años de crisis, el nuevo equipo gestor afloró pérdidas ocultas y se estima que su cartera inmobiliaria sigue sobrevalorada en al menos unos 4.000 millones.

 

Banco Popular
Fuente: Expansion.com

 

Como titulaba mi colega del departamento de Alcalá, Pablo Martín Aceña, en su libro Las Crisis Financieras en la España Contemporánea “Nada Nuevo Bajo el Sol”, al Banco Popular le ha pasado igual que a los banqueros de la Edad Media a los que le rompían la banca y entraban en bancarrota.

Dieron créditos que no les han devuelto y la garantía no cubre el valor de la deuda. En este caso el problema ha sido una excesiva concentración de crédito a promotores inmobiliarios para financiar la compra de suelo, actuando éste como única garantía (que en muchos casos ha perdido un 90% de su valor tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria).

La crisis en Banco Popular deja al descubierto toda la posverdad sobre la crisis de España

Nos han contado que era un crisis de cajas politizadas. La mitad de los créditos de las cajas en 2007 los tenía laCaixa -que no ha necesitado ayudas públicas- y las notas más altas de solvencia en los estrés test del BCE en España las tienen Unicaja y Kuxtabank (dos cajas).

La crisis bancaria fue culpa de decisiones equivocadas a manos de malos gestores. En el caso del Banco Popular es una sociedad anónima y en su consejo estaba Allianz, la mayor aseguradora alemana y europea, que apoyó desde el Consejo los errores de gestión.

El otro mito es que la crisis fue culpa del Banco de España. Este economista observador en su libro Hay Vida Después de la Crisis fue muy crítico con la supervisión del Banco de España, pero culparlo de la crisis del Banco Popular es como culpar a los bomberos de un incendio provocado.

En 2012 el Gobierno de Rajoy demonizó al Banco de España con la intención de responsabilizarle del rescate de Bankia (que por cierto estuvo a punto de sacarnos del euro). Luis de Guindos tomó el control del Banco con un gobernador “amigo”. Así lo calificaron los medios, el control del FROB y junto con la Troika estimaron las necesidades de capital del sistema bancario.

Rajoy ha pedido a Bankia que estudie hacer una oferta de compra por el Banco Popular (¡nacionalización!)

Hizo una ampliación de capital, la mayor parte con pequeños ahorradores en sus sucursales (que es muy probable que pierdan casi todo el dinero invertido). La supervisión pasó al BCE, que hizo un AQR para valorar los activos y varios estrés test. También han fallado.

Todos los analistas que dieron valoraciones y recomendaciones de compra de esas acciones han fallado. Al igual que los auditores.

 

Banco Popular

 

Como siempre digo, el pasado ya no se puede cambiar y la pregunta es ¿qué hacer ahora? De momento, Rajoy ha pedido a Bankia que estudie hacer una oferta de compra por el Banco Popular. Si fuera el presidente Maduro en Venezuela el que lo hiciera, Rajoy le diría que es una nacionalización. Pero ¡claro! como la nacionalización la hace él (una más), nos contarán que es una forma de reducir el porcentaje de capital público en Bankia.

Desde la izquierda, los que defienden la banca pública como un objetivo político deben explicar si apoyan la nacionalización que Rajoy pretende hacer del Banco Popular con dineros de los contribuyentes.

Desde un punto de vista puramente financiero, la operación que propone Rajoy sobre el Banco Popular no tiene ningún sentido

Es lógico que se haya filtrado que Goirigolzarri no quiere comprarlo. Bankia cumple los requisitos regulatorios de capital con un truco contable: les han permitido capitalizar un crédito fiscal futuro gracias al aval público y a que los contribuyentes asumiremos las pérdidas que se produzcan. Por lo tanto, permitir a una entidad con bajo niveles de capital tangible que compre otra entidad es como permitir a una persona con anemia que done sangre. Los médicos prohíben a las personas con anemia donar.

Si la operación fracasa y se activa el mecanismo de resolución europeo, los españoles de nuevo seríamos una cobaya

El Gobierno italiano está retrasando el rescate de Monti de Paschi hasta que se aclaren los protocolos de actuación. Antes de meter un euro de dinero público los accionistas, preferentistas, bonistas subordinados, senior sin garantía, incluidos pagarés y depósitos por encima de 100.000 euros no cubiertos por el fondo de garantía tendrían que asumir pérdidas. Insisto: los depositantes por debajo de los 100.000 euros pueden estar tranquilos porque el Fondo de Garantía les cubre.

Si se supera el 8% de los activos ponderados por riesgo, el mecanismo europeo podría inyectar capital pero el protocolo aún no está decidido y volverían las reuniones con prisas en Bruselas tomando decisiones de madrugada. Si como sucedió tras la quiebra de Lehman (que se siguió este procedimiento) la tensión se contagia al resto de bancos europeos, tampoco está claro el procedimiento.

Por fortuna el BCE está comprando deuda y ha conseguido que la economía europea y española vuelva a crecer y a crear empleo. Si no fuera por esa intervención, en España habría fuga de capitales y riesgo de rescate como sucedió en 2012. El resto del sistema bancario tiene exposición al inmobiliario pero menos: puede financiarla al 0% en el BCE y la incipiente recuperación de ventas de viviendas y precios permite vender parte de esos activos minimizando las pérdidas. Pero la realidad es que todos los bancos dieron demasiados créditos a promotores, con la única garantía de suelo. Y todos han tenido ayudas públicas, principalmente acceso ilimitado al BCE al 0%.

¡Bendito BCE!

El crédito fluye de nuevo en España gracias a las compras de deuda del BCE, pero principalmente a hipotecas de familias con rentas medias altas y a empresas con elevados niveles de solvencia. Los jóvenes de salarios precarios no pueden acceder a la hipoteca y las pymes y autónomos siguen teniendo restricción de crédito con elevados tipos y muchas garantías para acceder al crédito. Por no hablar de las empresas más innovadoras que tienen que ir a buscar financiación y capital fuera de España, aunque los grandes fondos soberanos y de capital riesgo han puesto a España en su radar y empiezan a verse operaciones esperanzadoras.

La restricción de crédito tras una crisis bancaria es viento en contra para crecer. Una razón más para valorar positivamente el potencial de crecimiento de la economía española como ha demostrado sistemáticamente en todas las crisis en los últimos cuarenta años.

En 2016 no tuvimos gobierno en Madrid. En 2017 no hemos tenido presupuesto y Rajoy ha recortado la inversión pública un 30% en el último año. El PIB sigue creciendo 3% y las afiliaciones a la Seguridad Social también. Así que el debate no es si España puede crecer dentro del euro, sino qué tipo de crecimiento.

Como nos enseñó Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza hace 100 años, en la era de la tecnología global España se la juega en la educación, el conocimiento y la innovación. Es necesario recomponer el contrato social y hacer una distribución más justa entre beneficios y salarios, y que el crecimiento sea menos contaminante para mitigar los efectos del cambio climático.

Pero para conseguir esos objetivos una condición necesaria, aunque no suficiente, es acabar con la posverdad y hacer un relato realista de la crisis. Eso ayudará a recomponer los daños en nuestros instituciones democráticas tan necesarias para el desarrollo económico. Este economista observador continuará en este blog luchando contra la posverdad (que no la inventó Trump, por cierto), aunque hoy es su principal referente.

Contra la posverdad la vacuna es la misma que en las universidades durante el Renacimiento: lux et veritas.


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