LOGO_JCDIEZ
LOGO_JCDIEZ_Mesa de trabajo 1 copia 13

Renta básica universal y el experimento finlandés: ¡imposible en España!

renta básica universal

Finlandia ha puesto en marcha un experimento interesante sobre una renta básica universal. Unos 2.000 parados de larga duración van a cobrar unos 500 euros al mes sin ninguna condición. Una de las dudas sobre la renta básica es si reduce los incentivos a trabajar y buscar empleo y eso es lo que van a estudiar con este experimento. Hay otro problema que no podrá resolver las dudas con este experimento. Finlandia es un país pequeño de unos 5 millones en un mundo de 7.000 mill con enormes diferencias de renta por habitante y migrante. Una renta básica en un solo país tendría un efecto llamada sobre la inmigración que forzaría al país a poner fuertes restricciones a la entrada de inmigrantes. En Finlandia hay un partido llamado Verdaderos Finlandeses contrario a la inmigración que subiría fuertemente en votos.

En Finlandia no hay salario mínimo legal, pero el que pagan las empresas está próximo a 1.500 euros. Por lo tanto, con esta renta básica el estado protegería la exclusión social extrema pero los beneficiarios seguirían en la pobreza. Alquilar una habitación compartida en Helsinki para estudiantes de Erasmus cuesta unos 400 euros. Por lo tanto, una renta básica equivalente en España estaría próxima a los 300 euros y seguirías en la pobreza.

Tras el experimento finlandés, en España el debate sobre la renta básica universal ha vuelto

Tras el experimento finlandés, en España el debate sobre la renta básica universal ha vuelto. Aún no sabemos el resultado del experimento para poder tener criterio, pero muchos ya tienen opinión. Como siempre recomiendo en este blog, el análisis comparado es una herramienta útil pero en economía no se pueden copiar modelos como nos enseñó el premio Nobel Douglas North. Hay que adaptarlos a las institución y a la cultura de cada país. Copiar modelos fue un fracaso en el Consenso de Washington y los necon y en el comunismo.

España y Finlandia son países europeos, pero sus sociedades y sus economías son muy diferentes. La principal diferencia es que Finlandia tiene una renta por habitante un 50% superior a la de España. Eso sólo se consigue con mayor productividad por trabajador que depende de la calidad de los empresarios, de su capacidad tecnológica, de las infraestructuras y del capital humano. El promedio de crecimiento de productividad en España desde 1980 es del 1% anual. Por lo tanto, para empezar a compararnos con Finlandia nos queda pasar unas cuentas etapas de desarrollo económico.

renta básica universal 

La segunda diferencia es la estructura fiscal. En el gráfico se ve que la depresión fiscal en Finlandia es superior al 50% del PIB desde 1980. En España -cuando murió Franco- nos dejó un sistema fiscal de países emergentes y con la democracia hemos conseguido aumentar los recursos del estado, pero estamos a años luz de los finlandeses.

En primer lugar cualquiera puede comprender que con una productividad y una capacidad tecnológica muy inferior España no podría soportar una presión fiscal superior al 50%. Nuestras salarios en dólares serían caros, nuestras empresas no podrían exportar y tendríamos una grave crisis estructural que nos impediría crecer y crear empleo. España tiene una deuda externa neta del superior al 80% del PIB, una de las más altas del mundo y necesita exportar para reducirla como los humanos necesitamos respirar para vivir.

El CIS elabora cada año una encuesta de concienciación fiscal que se realiza en todos los países europeos y se pueden comparar los resultados. Los españoles somos de los países donde nos quejamos de pagar más impuestos y de los que más nos quejamos de la calidad de nuestros servicios públicos. El IVA en Finlandia es del 24% y el reducido para productos de primera necesidad es del 10%.

La encuesta nos dice que el 80% de los españoles no toleraría una subida adicional de impuestos y en las respuestas no hay diferencias entre votantes de izquierdas o de derechas. Si le dices a los españoles que la renta básica no costaría ni un euro más de impuestos, la apoyarían sin pensarlo. Si les dices que les vas a subir el IVA otros 3 puntos, 6 puntos el IVA reducido del pan, la leche o los medicamentos y que todos -repito todos, no sólo los más ricos- pagaríamos más impuestos sobre la renta tendría el rechazo mayoritario de la población y el gobierno que lo intentase perdería millones de votos.

Muchos de los que ahora alaban a Finlandia eran extremadamente críticos con ella cuando lideró el austericidio en 2012

Muchos de los que ahora alaban a Finlandia eran extremadamente críticos con ellos cuando Finlandia, junto a Alemania, lideró el austericidio en 2012. Un error dogmático que ha provocado la segunda recesión de 2012 y millones de parados en Europa. No obstante, los finlandeses saben que para tener un estado de bienestar muy desarrollado, además de alta productividad, necesitan una gestión de las finanzas públicas prudentes y eficientes. Ellos tienen reglas de estabilidad presupuestaria como la que en España introdujimos en el 135 de la Constitución en 2011. Por esa razón, después de la peor crisis mundial en 80 años, su deuda pública es del 60% del PIB. En España con la deuda pública al 100% del PIB, la más alta desde 1909, y el mayor déficit público de Europa, los mismos que piden una renta básica piden aumentar el déficit y la deuda. Pero todo en la vida no puede ser.

 renta básica universal

 

La otra gran diferencia estructural es el funcionamiento del mercado de trabajo. La tasa de empleo en Finlandia es del 72% y en España próxima al 60%. Además, en España aumentó mucho la población durante la burbuja por la llegada de inmigrantes. Por ambas razones nuestra tasa de paro está próxima al 20% y la suya al 10%.

Pero desde 1980 nuestra tasa de paro ha subido del 20% en las tres recesiones y tiene mucha más volatilidad que la finlandesa. Tiene que ver con el tipo de empresas y el tipo de empleo de cada economía. Los empresarios finlandeses tienen más calidad y con contratos estables pueden pagar salarios más altos porque venden bienes y servicios de más calidad y con precios más elevados.

Pero cuando les caen las ventas despiden trabajadores, como han hechos los sindicatos y todos los partidos políticos en España, incluida Izquierda Unida ahora en Podemos, cuando les han caído sus ingresos. Pero en Finlandia no hay costes de despido mientras en España las empresas tienen que pagar unos 30 días por año trabajado. En Finlandia el Estado paga un subsidio de paro casi del 100% del sueldo los primeros seis meses, pero los parados van a la oficina de empleo donde se les asigna un tutor para ayudarles a conseguir un nuevo empleo. A los 6 meses el subsidio de paro baja drásticamente y el incentivo a encontrar empleo aumenta exponencialmente y muy rápido.

En España las empresas tienen que pagar elevados costes de despido con una situación financiera frágil y muchas se ven obligadas a cerrar, y el coste de despido de los trabajadores lo asume un fondo semipúblico. Los trabajadores con contrato indefinido reciben el dinero del despido y además, un subsidio de paro no tan generoso al principio como en Finlandia, pero que se mantiene durante dos años y el dinero que cobran cae con menos intensidad a los seis meses.

Por lo tanto, en España no hay tantos incentivos para volver pronto al mercado de trabajo como en Finlandia. Si vas a buscar trabajo y hay dos aspirantes con perfiles profesionales similares, uno está trabajando o lleva poco tiempo en el paro y el otro lleva dos años en el paro las empresas (con incertidumbre sobre la aptitud y actitud de ambos) eligen normalmente al que menos tiempo lleva en paro.

Por todas estas razones la tasa de paro de larga duración, donde se concentra la exclusión social severa, en Finlandia es del 2% y en España del 15%. Por lo tanto, una renta básica en España afectaría a un porcentaje mucho mayor, con un coste mayor para nuestras finanzas públicas, con menos productividad, menos renta por habitante, menos tasa de empleo, menos presión fiscal y mucha más deuda pública y externa.

En España la crisis ha provocado mucho paro y de larga duración y un 3% de la población -según el INE en su encuesta de condiciones de vida- viven en exclusión severa. El rescate y la austeridad agravó el problema pero Rajoy y su gobierno no ha hecho nada por ellos desde 2011, demostrando una nula sensibilidad social por los que más sufren -incluso acusando a las ONG de crear alarma social por hablar de pobreza-. Gracias a que ahora el PP está en minoría el Psoe ha conseguido aprobar una ley para erradicar la pobreza energética. Pero al final, el que escribe el BOE es el PP y siempre hacen una chapuza que no acaba de resolver la exclusión social, el principal problema de nuestra querida España.

España debe seguir creando empleo. A corto plazo -además de que el BCE siga comprando deuda pública- es necesario un plan de inversiones europeo que compense el recorte de inversión pública de Rajoy en 2016 y que continuará en 2017, además de sus subidas de impuestos. A medio plazo hay que aumentar la inversión en educación, en infraestructuras digitales y en innovación. Finlandia invierte 3% del PIB en I+D+i la mayor parte sus empresas, el triple que en España y sus empresas casi 5 veces más.

En España tenemos que normalizar la subida de salarios. La subida del salario mínimo del 8% impuesta por el Psoe es una buena señal y permitirá que muchos convenios y otros trabajadores de salario medio vean como les suben más en el sueldo a partir de ahora. Pero es necesario cambiar la reforma laboral en lo concerniente a la negociación colectiva para que cuando las ventas y los beneficios caen, los salarios sean flexibles y cuando suben, también. Algo que ahora no está sucediendo.

Hace falta repensar nuestro mercado de trabajo para salir del modelo de flexiprecariedad actual y el “yo te lo hago más barato”, acercarnos al modelo de flexiseguridad nórdico y pasar a “yo te lo hago mejor y a buen precio.” Y si queremos que funcione, debe hacerse con el consenso de los sindicatos y los empresarios liderados por el gobierno. Tenemos que reforzar nuestras políticas activas de empleo ya que las personas sin trabajo, cuando paran por la calle a este economista observador, le piden trabajo, no una renta universal.

Bajar una tasa de paro de larga duración lleva años y habrá personas que no podrán volver al mercado de trabajo. Para ellos tenemos que diseñar una renta básica. Entre negar el problema de exclusión social, agravarlo con tus políticas y no hacer nada en cinco años para solucionarlo y una renta básica universal que no es posible hoy, en España está todo por hacer.

Un consejo querido lector: el próximo que te hable de renta básica universal y de Finlandia y diga que hay que hacerlo en España aléjate de él. O por táctica política quiere embaucarte para que le votes, o es un soñador alejado de la realidad o tiene pocos conocimientos de cómo funciona la economía. Pero lo que sí es posible es erradicar la exclusión severa y hacer políticas para reducir la precariedad laboral y la desigualdad sin poner en riesgo la creación de empleo. En esto debemos concentrar el debate y toda nuestra atención.

Yes we can.

renta básica universal