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Deuda pública española: la más alta en un siglo

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deuda públicaBanco de España acaba de publicar las cuentas financieras de la economía. El PIB es lo que se produce en un año y el equivalente a la cuenta de resultados de una empresa. Pero la economía también tiene un balance con activos y con pasivos. España ha padecido una crisis de balance -tal y como las denomina Richard Koo- como la de Japón en 1991. La deuda de empresas y familias en España era anormalmente alta en términos del PIB. 2,3 bill más del doble del PIB en 2008, un récord histórico en España desde Isabel la Católica.

La deuda en 2015 es de 1,8 bill. (500.000 mill de aumento de deuda pública en 7 años que no tiene precedentes) y que hace que nuestra crisis haya sido más intensa que la de Japón. Las familias tenían la mayor parte de la deuda en hipotecas a largo plazo y con tipos variables. Por lo tanto, no han tenido que refinanciarla y la bajada de tipos al 0% del BCE ha evitado que la morosidad subiera al 40% y que la quiebra del sistema bancario hubiese sido tremenda. En Islandia la devaluación subió los tipos de interés al 15% y la mayoría de familias no pudieron pagar. Por eso el estado se gastó 25% del PIB en sanear su sistema bancario.

Dentro del euro con tipos al 0% el pago de intereses de las familias se han reducido exponencialmente. Esto ha permitido que en la cuota mensual de la hipoteca la mayor parte vaya a amortizar el préstamo y que la reducción de deuda de las familias se haya hecho gradualmente. Salvo en una parte de hipotecas, donde las familias han perdido el empleo y les ha resultado imposible pagar la deuda. Buena parte de esos créditos siguen en el limbo jurídico. Esperemos que con el PP en minoría sea posible aprobar el plan para reestructurar la deuda de familias en situación de exclusión social que yo pedía en mi libro Hay Vida Después de la Crisis, y que el PSOE llevó en dos ocasiones al parlamento, con el rechazo del PP en ambas ocasiones.

Más dramático ha sido el desapalancamiento forzoso de nuestras empresas y que ayuda a explicar que la tasa de paro subiera al 27%. Además de mucha deuda, nuestras empresas la tenían a corto plazo. Con otra particularidad: las pymes y autónomos españoles -los más vulnerables financieramente- soportan pagos principalmente de las grandes empresas que llegan a 300 días y los financiaban con pólizas de crédito a corto plazo. Cuando estalló la crisis (y muchos promotores y constructoras impagaron) se llevaron por delante a toda la cadena de proveedores que a su vez impagaron a sus proveedores.

Además de una estructura de financiación débil, las empresas españolas estaban muy poco capitalizadas. En 2008 la deuda y los recursos propios estaban próximos a 1,4 billones. En 2015 la deuda de las empresas ha bajado a 1,1 bill y los recursos propios han subido a 1,9 bill. Esos recursos  también son pasivos para la empresa, pero no pagan tipo de interés sino dividendo, y eso hace menos vulnerable a las empresas en las fases recesivas.

La deuda privada sigue siendo elevada, pero mucho menos vulnerable que en 2008. La deuda de nuestros bancos ha disminuido, pero sigue siendo elevada y su base de capital es débil, a diferencia de las empresas. Para cumplir el capital regulatorio el estado ha tenido que avalar a todos nuestros bancos 50.000 mill en créditos fiscales. Una ficción contable y de la que todavía surgen dudas sobre la valoración de su activo, por eso cotizan a precios ridículamente bajos en bolsa.

La crisis fue privada pero para evitar el colapso de la economía, la más que probable salida del euro y una depresión infinitamente mayor, el estado ha socializado las pérdidas. Directamente con ayudas a las banca, 7% del PIB, pero la mayor parte indirectamente con seguro de desempleo y soportando el desplome de ingresos que provocó el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Ambas partidas supera el 60% del PIB desde 2008.

Rajoy dijo que no podíamos gastarnos lo que no teníamos y ha aumentado la deuda pública que pagaremos todos los españoles en 500.000 millones de euros, 50% PIB, desde 2011. Entre 1996 y 2004 el PP nos decía que España iba bien y se formó la burbuja que nos llevó al desastre. Entre 2011 y 2013 su receta de la austeridad expansiva fue el mayor desastre de la historia de la política económica española que llevó al rescate, al desplome del crédito, al cierre masivo de empresas y provocó la destrucción de un millón de empleos. Rajoy reconoce ahora que en un año habrá pulido la hucha de las pensiones que heredó de Zapatero. Rajoy no sólo gasta lo que no tiene, sino que gasta como si el dinero fuera público. 

Desde 2013 la política económica hace lo que muchos recomendamos desde 2011, y España y Europa han salido de la recesión. El BCE compra deuda pública, ha bajado la prima de riesgo de los países periféricos, ha depreciado el euro y Bruselas ha suavizado significativamente las sendas de reducción de déficit. Pero la crisis continúa, la tasa de paro en Europa y en España sigue elevada, la inflación muy por debajo del objetivo del BCE y la inversión deprimida.

Falta un plan de inversión pública que muchos pedimos desde 2011. Muchos países como España -que tendrá que emitir unos 300.000 mill de deuda pública en 2017- no lo pueden financiar. Por eso debe ser un plan europeo con eurobonos. El Plan Juncker es un buen intento pero la Comisión sólo ha puesto hasta ahora unos 10.000 mill. El Plan Obama en 2009 fue de 700.000 mill. Y falta exigir mayor saneamiento de los activos problemáticos a los bancos europeos como empieza a hacer el BCE. Que pongan más capital como han hecho las empresas y si el negocio no es rentable para todos, que se fusionen.

Pero tenemos que sacar lecciones para el futuro. La crisis fue privada y ahora culpamos a los políticos por no prohibirnos endeudarnos. Igual que en tu casa te preocupas de apagar el gas y tener bien las instalaciones, debemos hacernos responsables de nuestras deudas. Si hay un accidente y pierdes el empleo o te va mal tu negocio es lógico que lleguen los bomberos, y para eso el estado tiene mecanismos de intervención. Pero endeudarte pensando que si hay problemas te salvarán los políticos y los bomberos es una irresponsabilidad.

Las familias debemos asumir hipotecas donde la cuota no supere el 35% de nuestra renta y con tipos de interés normales, no a tipos cero como ahora. Parece imposible, pero es lo que hicieron nuestros padres y ya no tienen deudas. Si supera ese nivel, es menos arriesgado y más razonable vivir de alquiler.

Las empresas deben estar bien capitalizadas y deben ahorrar parte de los beneficios para cuando llegue la recesión -que siempre llega-. Deben ordenar sus cobros y financiación de circulante. El gobierno de Zapatero aprobó la ley de morosidad que prohíbe pagar a más de 60 días pero muchas empresas, sobre todo grandes, no la cumplen. Hay que probar un mecanismo sancionador urgentemente. Es igual de prioritario para las empresas españolas pagar a menos de 60 días que ponernos el cinturón de seguridad en el coche.

La parte positiva de toda esta historia es que tras esta crisis brutal ha bastado algo de estabilidad para que la economía española crezca y cree más empleo que nuestros socios europeos, algo que no sucedió en Japón.  Ahora nos falta ser más innovadores, más competitivos, tener empresas más grandes y menos vulnerables, pagar mejores salarios para que la recuperación llegue a las familias, especialmente a los jóvenes y a los parados de larga duración.

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