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Rivera versus Iglesias

Ayer la Sexta hizo un debate con Albert Rivera y Pablo Iglesias en Salvados. Presentó a dos seres humanos normales que comparten problemas y tipos de vida similares, y que pueden entenderse. El programa tuvo 25% de cuota lo cual sitúa a la Sexta como el medio de comunicación más influyente de nuestra querida España y desmiente la desafección por la política de la sociedad española.

El debate tuvo muchos análisis interesantes, pero este economista observador se quedará únicamente en su diagnóstico y soluciones a los problemas económicos que monopolizó el 80% del debate. El debate confirma los escasos conocimientos de los conceptos más básicos de economía de los dos candidatos y la falta de realidad de sus diagnósticos, lo cual pone en cuestión la validez de sus propuestas.

Increíble que en 75 minutos ni el moderador, ni ninguno de los dos candidatos, hablara de la deuda pública, del déficit y de la advertencia de Bruselas de que vamos a incumplir el objetivo el próximo año. Pero si traduces las promesas de los dos en euros durante el programa -y las sumas- salen varios puntos de PIB de déficit adicional. Por lo tanto, no sólo no cumplirían el déficit, sino que lo aumentarían y provocarían las sanciones de Europa. O harían como Rajoy en la campaña de 2011 o Tsipras en la de 2015, y tanto Podemos como Ciudadanos incumplirían su programa nada más llegar al gobierno.

Otra cosa que me extrañó es que no hablaran de Europa salvo una vez Iglesias para criticar a Merkel y lo que ha hecho en Grecia. Como llevo defendiendo en este blog, España necesita tener un proyecto de país, un proyecto de Europa y un proyecto del mundo, y los tres deben ser coherentes con la Globalización y la Revolución Tecnológica. Pero, o ambos ayer demostraron no tener proyecto para Europa, o disimilaron muy bien.

Los dos tienen una gran confusión sobre las causas de la crisis y el paro, y sobre cómo resolverla. Esto es una crisis de deuda, principalmente de deuda externa. Para devolver una deuda externa necesitas generar superávit sistemáticos con el exterior y crecer impulsado por las exportaciones que activen un ciclo de inversión, de empleo y, en último término, de consumo. Pero el consumo estará débil ya que necesitas ahorro hasta que estabilizas la deuda de las familias, de las empresas y reduces tu deuda externa hasta un nivel que sea financiable en los mercados internacionales sin problemas.

Rivera, como Rajoy, confunde cambiar los contratos laborales con crear empleo. En 2012 Rajoy aplicó su reforma laboral y en el año siguiente se destruyeron 1 millón de empleos. De hecho tener un amplio menú de contratos y precarios reducen los costes de contratación y facilitan la demanda de empleo. Unificar un contrato que como reconoce Rivera aumenta los costes de despido de los trabajadores temporales a corto plazo haría menos atractiva la contratación.

El problema de nuestra tasa de paro ciclotímica, que cada recesión supera el 20%, tiene que ver con el modelo productivo, la elevada concentración en empleos de baja productividad -como el turismo- y la construcción. La regulación laboral condiciona ese modelo productivo y claro que hay que cambiarla. Tras la reforma laboral de Rajoy seguimos concentrando el empleo en sectores de baja productividad y se mantiene la dualidad de contratos fijos y temporales. Para lo único que ha servido la reforma ha sido para que las empresas puedan bajar los salarios tan sólo con dos trimestres de caídas de ventas y lo pueden hacer unilateralmente y sin ningún acuerdo con los trabajadores.

Rivera dice que cambiará la negociación colectiva pero no dice cómo. Y dice que los sindicatos y las patronales son casta. Entonces ¿pretende crear una aplicación en el móvil para hacer la nueva negociación colectiva? Rivera, como Rajoy en 2011, nos dice que cambiar el tipo de contrato creará empleo y resolverá el problema de los ciudadanos que le pedían al principio del programa. Pero los seguidores de este blog ya sabéis de sobra que eso no es cierto.

Iglesias también tiene un grave problema de diagnóstico con nuestro mercado de trabajo. Esta legislatura ha sido perdida para resolver el problema del empleo. La masa total de salarios que pagan las empresas ha descendido desde 2011 en 40.000 mill de euros. La gestión de Rajoy ha sido desastrosa. Pero cuando ya has cascado y batido los huevos no se pueden volver a meter en las cáscaras en su estado natural.

Iglesias planteó el reparto del empleo y el salario mínimo a la vez. El reparto del empleo ya lo están haciendo las empresas con los contratos a tiempo parcial, pero a sueldos bajísimos. El sábado estuve en una tienda y la dependienta me conoció. Tiene 59 años y me contó que trabaja sólo 10 horas a la semana y cobra 200 euros al mes. Rajoy dice que le ha sacado de la UVI, pero ella echaba pestes de Rajoy.

Si repartimos el trabajo, hay que repartir una tarta de salarios 40.000 millones menor. Subir artificialmente por ley el salario mínimo un 25% como dijo Iglesias, aunque no concretó plazo de tiempo, tendrá un fuerte efecto demostración sobre el resto de salarios. Eso supone aumentar tus salarios en dólares y si no va acompañado de un aumento de la productividad de tus trabajadores, es equivalente a una apreciación del tipo de cambio que reducirá nuestras exportaciones y no nos permitirá resolver nuestro problema de deuda externa.

Rivera dijo que primero hay que crear y luego repartir, y es correcto. Lo que no nos explicó es cómo va a crear empleo. Me decepcionó Rivera diciendo que quiere que la jubilación sea de nuevo a los 65 años. Y a Iglesias se le ve tocado tras el fracaso de Syriza en Grecia. Cuando Évole le recordó que Tsipras también dijo que bajaría la edad de jubilación, para después volver a subirla, se vino abajo. Iglesias dijo que revalorizaría las pensiones con el IPC. Por lo tanto, este año que el IPC es negativo ¿bajaría las pensiones? Lo que marcaba el Pacto de Toledo que defendió Rivera es una subida mínima del 2% anual. Lo que no dijo es de dónde va a sacar dinero para financiarlas.

Rajoy deja de herencia un agujero de 35.000 millones en la Seguridad y se ha pulido más de la mitad de los 70.000 mill. de la hucha de las pensiones que heredó. Ni Rivera, ni Iglesias tienen la culpa, pero ayer nos quedó claro que tampoco tienen la solución.

Rivera dice que su reforma fiscal será neutral, o sea que no aumentará la recaudación. A este economista observador le sale que recaudaremos menos con sus propuestas. Y encima dice que aplicará un crédito fiscal para rentas bajas en IRPF que costará 8.000 mill. A este economista con costes hundidos de la medida le salen más de 10.000 mill. O sea, recaudará menos y aumentará el gasto más de un 1% del PIB.

La pregunta del millón de dólares es ¿cómo va a cumplir el objetivo de déficit de Bruselas que Rajoy va a incumplir y además pagar a los funcionarios, la sanidad, la educación, la dependencia y las pensiones? Lamentablemente, Évole no se la hizo. Iglesias dijo que los inspectores de Hacienda dicen que mejorando el sistema fiscal se podría aumentar la recaudación 90.000 mill. Los inspectores no han dado esas cifras. Y los técnicos de Hacienda -que sí las han dado- le explicaron a este economista observador que la cifra la cogieron de un artículo académico que simplemente usaba estimaciones de economía sumergida y la multiplicaba por la presión fiscal existente hoy.

Los técnicos hablaban de unos 20.000 mill, o sea que a Iglesias hay que quitarle 70.000 mill. Pero 20.000 mill son 2% del PIB, por lo tanto cualquier análisis serio debe estimar el impacto negativo sobre el PIB y el empleo al retirar esos 20.000 mill a las empresas y a las familias. Se podría aumentar el gasto y reducir el impacto, pero al final del año que viene cualquier partido tendrá que reducir el déficit y el impacto sobre PIB, de manera que el empleo será negativo.

Como siempre he dicho criticar es más fácil que gobernar. Y este economista no quiere quedarse en la crítica y ser parte del problema. Por eso diré lo que creo que hay que hacer para formar parte de la solución. Primero decirle la verdad a la gente; resolver una crisis de deuda es complicado y lleva tiempo. Rajoy vendió el milagro de los panes y los peces pero la legislatura ha sido un fracaso. Si no cambiamos nada como dice Rajoy dentro de cuatro años estaremos peor que hoy.

Desde 2013 han cambiado cosas en Europa y para bien. El BCE compra de deuda pública y ha evitado que España este verano padeciera la crisis de emergentes que habría llevado de nuevo nuestra prima de riesgo por las nubes. Esas compras han metido más euros en el sistema y han depreciado el euro, aumentando nuestras exportaciones -especialmente de coches- y el empleo -sobre todo en sector turístico-. Al meter más dinero en circulación, el BCE ha frenado la caída del crédito y ha permitido abrir la concesión de hipotecas en España y reactivar un poquito el mercado de vivienda, aunque sigue en estado catatónico.

Bruselas nos permitió en 2014 parar los ajustes para salir de la recesión. Y a Francia y a Italia le han dado más tiempo para cumplir el objetivo de déficit del 3% del PIB. Pero es lógico que se enfaden con Rajoy que, teniendo el mayor déficit de la Eurozona e incumpliendo los objetivos sistemáticamente desde 2012 -a pesar de la mayor flexibilidad-, se ha permitido este año bajar el IRPF y perder 10.000 mill de recaudación necesarios para pagar a los funcionarios, sanidad, educación, dependencia y pensiones.

La subida de IRPF de Rajoy en 2011 superó la propuesta de IU en la campaña. Si el BCE hubiera comprado deuda entonces habría sido totalmente innecesaria y nos habríamos ahorrado el rescate y la recesión que destruyó 1 millón de empleos. Pero Rajoy ya ha hecho la tortilla, más bien de huevos revueltos, y no puede pretender que los huevos vuelvan a sus cáscaras en su estado natural.

Deberíamos aprovechar las compras del BCE para cerrar el déficit primario antes de pagar intereses y luego bajar el IRPF que Rajoy llevó hasta niveles que desafían la ley de la gravedad. Pero el PP, como siempre, ha preferido empezar la casa por el tejado. Bajamos los impuestos, nos gastamos más de lo que ingresamos, lo pagamos con deuda que pagarán nuestros hijos y después de las elecciones Dios proveerá o volverán a subir el impuesto y le echarán la culpa a Zapatero.

Puesta la economía a crecer, condición necesaria pero insuficiente para salir de una crisis de deuda ¿qué falta por hacer? Para compensar la caída de comercio mundial y la apreciación del euro que se está produciendo, hay que aprobar planes de estímulo fiscal. La semana pasada descubrí en Bruselas que el Plan Juncker ya está operativo. Es un plan que exige participación privada, pero que la inversión pública no computa en déficit. Te dan financiación hasta 30 años a tipos bajísimos e incluye innovación, renovables, eficiencia energética, rehabilitación de edificios, infraestructuras, etcétera, pero en España nadie se ha enterado.

A esto debería dedicarse Rajoy y sus ministros, pero andan liados en las guerras internas y en la campaña. Este economista observador ya ha puesto en contacto a varias CCAA y a varios bancos con Bruselas y va a organizar varias sesiones en nuestra querida España para informar a las empresas sobre cómo acceder a los fondos. Esperemos que la Delegación permanente en Bruselas y los Ministerios espabilen como están haciendo ya los franceses y los británicos que necesitan menos que nosotros el Plan.

Además, varios países van a incumplir los objetivos de superávit exterior. Especialmente Alemania, que cerrará 2009 con el 9% del PIB cuando el objetivo es del 6% del PIB. Para bajarlos, Alemania debe aprobar planes de estímulo de inversión pública. Eso debería estar pidiendo Rajoy en Bruselas, apoyando a la Comisión, y no hacer la pelota a Merkel para que le apoye en la campaña.

El próximo gobierno tendrá que hacer un gran plan de modernización e innovación de nuestra aparato productivo para poder aumentar el empleo y, a la vez, los salarios, lo que permitirá aumentar los ingresos públicos y mejorar la sanidad, la educación, las becas, la dependencia, las pensiones y subir el sueldo a nuestros funcionarios. Tanto Ciudadanos como Podemos llevan este Plan en sus respectivos programas, pero ayer a sus líderes se les olvidó hablar de él o el programa decidió no incluirlo al considerar que no es importante. Pero les falta concretar y ya sabemos que el demonio está en los detalles.

Siento haberme extendido más de lo habitual, pero cuando hay errores de diagnóstico es importante corregirlos cuanto antes, o el resultado será desastroso en términos de paro y pobreza como hemos comprobado con Rajoy en esta legislatura. Espero que los que hayáis leído mi libro La Economía no da la felicidad entendáis lo que he explicado en este post y ayer pudierais comprobar vosotros mismos los graves errores de diagnóstico y lo irreal de las propuestas de Rivera y de Iglesias.

Espero y deseo que durante la campaña suba el nivel del debate y nos centremos en los problemas de verdad y con propuestas realistas para resolverlos. Por si acaso, seguiremos observando y presionando para conseguirlo.