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¿Convivencia Taxi – VTC? Necesitamos cambios en la regulación

2018 fue el año del conflicto del taxi y las VTC. Es un sector regulado y, como es lógico, tanto los taxis como las VTC presionan a los políticos para que regulen a favor de su negocio. Pero los políticos necesitan los votos de los ciudadanos para llegar al poder y aplicar sus políticas para transformar la sociedad. Esta es la base del modelo de democracia representativa que tenemos en España y que tienen los países de mayor renta por habitante del mundo.

Por eso la pregunta relevante es ¿qué piensan los ciudadanos? Nadie conoce lo que piensan todos los españoles y las encuestas, como estamos comprobando en las últimas veces que hemos ido a votar, tienen elevado margen de error. Por eso en las facultades de economía enseñamos a analizar las preferencias de los consumidores en una economía de mercado con diferentes opciones para elegir a través de las decisiones.

1. ¿Qué han elegido los clientes de movilidad en Madrid y Barcelona en 2018?

 

 

 

En el gráfico anterior se observa que las VTC han subido su cuota de mercado del 25% al 37% en un año. Si sumamos el total de licencias de taxis y de VCT en Madrid y Barcelona, el 75% son de taxi y el 25% de VTC. Por lo tanto, es evidente que los taxistas tienen un grave problema y no es culpa de los políticos. La causa es que muchos clientes eligen coger un VCT en ambas ciudades antes que un taxi. Si divides 37% entre 25% sale 1,5. O sea cada VTC tiene un 50% más de clientes que un taxi.

2. ¿Lo ideal? Que convivan ambos modelos: taxi y VTC

 

Como economista, yo prefiero que convivan los dos modelos pero, sobre todo, como cliente. Te adjunto un recibo que me cobró Uber durante la huelga del taxi. Había mucha demanda y el algoritmo interpretó con buen criterio que mi disposición a pagar era mayor y me subió el precio. Y encima tardó 20 minutos en llegar.

 

Ya se observa una pérdida de calidad en las VTC.

La convivencia exige cambios en la regulación. En Australia han conseguido un modelo estable entre los modelos. Y han creado un fondo para compensar a los taxistas que se endeudaron comprando una licencia muy cara y que ahora no pueden pagar.

Sería como la propuesta que hizo este economista observador en 2009 para frenar los desahucios siguiendo el modelo de Obama en EEUU. Un mesa a tres entre el banco, el taxista y Hacienda y, en los casos probados de pérdida y riesgo de exclusión financiera, se reestructura la deuda y las pérdidas se reparten entre el banco, que se equivocó dando ese crédito, y el estado. Y el taxista puede seguir con su actividad y su empleo.

También hay que adaptarse a la nueva realidad y no obligar a los taxistas a llevar taxímetro, que es una tecnología del siglo XX, o a pintar los coches de un color como en 1960. Limitar las horas y los días que trabajan los conductores de VTC, etcétera.

En esto deberían estar nuestros políticos y reguladores. Los que opten por prohibir para proteger al taxi deben asumir que van en contra de las decisiones de sus votantes y acabarán perdiendo su apoyo en las urnas. Veremos.

blog josé carlos díez