La pasada semana estando en Nueva York, Donald Trump subió a la tribuna de la Asamblea General de Naciones Unidas. En noviembre hay elecciones para renovar el Congreso y el Senado, y es el gran test de la gestión de Trump. Si los republicanos mantienen la mayoría en ambas cámaras su reelección es altamente probable. Si las pierden, hay partido.
1. Mentiras de Trump en torno a su política económica: fáciles de contrastar
Por esa razón Trump no hablaba para el mundo, ni siquiera para los estadounidenses, hablaba exclusivamente para sus votantes. El problema de Trump es que su relato es tan simple como una ameba y sus afirmaciones son muy fáciles de contrastar. El titular fue que en los dos años que lleva en Casa Blanca los EEUU han vivido el mejor periodo económico de su historia.
En el gráfico posterior he usado el empleo no agrícola para contrastar la afirmación. El empleo supone el 75% del PIB y, según el NBER, es la principal variable para determinar el ciclo.
Además disponemos de una serie homogénea para contrastar desde 1939. Pero sobre todo, el empleo y los salarios son la principal renta que reciben las familias y es una variable determinante en su decisión de voto.
2. Con Obama el empleo en Estados Unidos crecía más
He aplicado un algoritmo sencillo que desarrolló Isaac Newton hace más de 300 años, que es una tasa de crecimiento. Herramienta básica para cualquier alumno que llegue a una facultad de economía desde el primer día. La tasa hace comprable la intensidad del crecimiento del empleo durante todo el periodo. Trump ha sido profesor de la universidad de Chicago, aunque hay dudas razonables que sepa calcular una tasa de crecimiento.
Trump amenaza con sanciones a Irán en la ONU y dice que le preocupa que la OPEP no aumente la producción
Con sus sanciones Irán reduciría la producción y aumentaría el precio del petróleo pic.twitter.com/Y35vsmhiSD
— José Carlos Díez (@josecdiez) September 26, 2018
El empleo en 2018 crece a tasas próximas al 3% anual. Sin duda una tasa elevada si la comparamos con Europa pero similar a la de España, por ejemplo. Pero a finales de 2017, con Obama, el empleo crecía próximo al 4%, mucho más que ahora con Trump. Por lo tanto Trump miente.
Si observamos el gráfico, en los años noventa el empleo crecía próximo al 5%, en los años sesenta próximo al 10% y el máximo de la serie se produjo durante la segunda guerra mundial donde el empleo aumentaba próximo al 20%.
Que Trump miente ya se sabía antes de que fuera elegido. Lo que ahora sabemos es que eso que nos contaban que en EEUU cuando el presidente o los políticos mienten dimiten o pierden las elecciones porque no son de fiar es un mito. Trump miente sistemáticamente y todavía es posible que sea reelegido dentro de dos años. Crucemos los dedos para que haya vida inteligente n la sociedad estadounidense y eso no suceda.
