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Donald Trump: una amenaza para la estabilidad financiera global

Seguramente el mito más extendido en las democracias modernas es que la derecha gestiona mejor la economía. En España los que seguís este blog sabéis que fue durante los gobiernos de Aznar cuando se gestó la burbuja inmobiliaria, la principal causa de la crisis bancaria y de la brutal destrucción de empleo que han padecido y siguen padeciendo millones de españoles desde 2008. En EEUU sucede lo mismo y no solo ha sido con Donald Trump.

1. Reagan y su lema “América Primero”

En 1982 cuando Reagan ganó las elecciones con su lema “América primero” la economía padecía la segunda crisis del petróleo y el grave error de política monetaria de Paul Volcker que provocó una segunda recesión. Sus primeras medidas fueron poner aranceles y cuotas de importación a los coches alemanes y japoneses, y bajar los impuestos. Intento inútil ya que posteriormente la industria del automóvil de Detroit quebró por su retraso tecnológico, de diseño y su menor capacidad de gestión que sus competidores.

Reagan prometió que aumentaría la recaudación, reduciría el déficit y la deuda pública. La realidad es que desde 1980 EEUU padece un déficit público crónico. Como se observa en el gráfico anterior, en su primera legislatura Reagan mantuvo el déficit público en el 5% del PIB, a pesar de gozar de una política monetaria expansiva y creación de empleo. Solo con Clinton se consiguió un superávit que se cargó Bush de nuevo bajando los impuestos y con la guerra de Irak y Afganistán (le costaron a los contribuyentes estadounidenses la friolera cifra de 800.000 mill de dólares).

Una cantidad mayor que el plan de estímulo de Obama en 2009 que permitió mejorar las infraestructuras, reducir la dependencia del petróleo y luchar contra el cambio climático. Obama tuvo el apoyo mayoritario de los estadounidenses para sacarles de la peor crisis en ochenta años. En enero de 2009, cuando tomó posesión, se destruyeron medio millón de empleos en EEUU. En los ochos años de su mandato se crearon 10 mill de empleos en EEUU. Y, como se observa en el mismo gráfico de antes, aprovechó para recortar el déficit con el fin de reducir la deuda pública.

2. Con Donald Trump el déficit aumentará secularmente en la próxima década hasta el 5%

Donald Trump ha copiado el lema de Reagan “América primero” y vuelve a imponer aranceles a los productos importados prometiendo de nuevo conservar los empleos industriales, vuelve a tocar los tambores de guerra y vuelve a bajar los impuestos y promete de nuevo reducir el déficit y la deuda pública.

Pero en el gráfico anterior se observa como las proyecciones del CBO anticipan que el déficit aumentará secularmente en la próxima década en EEUU hasta el 5%. Estas proyecciones se hicieron en junio antes de que se aprobase la bajada de impuestos de Trump, por lo que las nuevas proyecciones serán mucho peores.

Como explica Krugman, Donald Trump ha atacado al CBO para desprestigiar a una institución bipartisana, creada en los años 70 y formada por economistas independientes de prestigio. Esto es más propio de una república bananera que de una democracia con límites al poder como soñaron George Washington y los padres fundadores.

3. El problema del bajo nivel de ahorro de la familias en EEUU

Otra tesis libertaria es que siempre es mejor que el dinero esté en manos de los ciudadanos que en manos del estado. Pero uno de los problemas seculares de EEUU es el bajo nivel de ahorro de sus familias. En el gráfico de abajo se observa cómo el peso del consumo privado en el PIB no ha parado de crecer desde los años ochenta. Parte de ese consumo se hizo con exceso de endeudamiento y fue la causa de la burbuja inmobiliaria y la crisis subprime. Lo más preocupante es que durante la crisis los estadounidenses lejos de aumentar su ahorro y estabilizar su balance, lo han reducido y el peso del consumo privado sobre el PIB ha alcanzado máximos históricos.

El resultado de todo esto es que EEUU es una economía dependiente. En el gráfico se puede observar que en 1980 la tasa de ahorro agregada de EEUU superaba el 20% del PIB y no tenían déficit exterior. Desde entonces la tasa de ahorro siempre ha estado por debajo del 20% y para financiar la inversión para aumentar el empleo han tenido una déficit exterior crónico que no se ha corregido ni durante la Gran Recesión, la peor crisis en ochenta años.

4. Mucho ojo con China

El déficit exterior cada año aumenta la deuda externa y eso hace cada día más dependiente a la economía de EEUU y su modelo de crecimiento. En los años ochenta la deuda externa la financiaban con ahorro alemán, dos países alejados de Rusia y sin apenas ejército. Hoy el banquero de EEUU es China, la segunda potencial militar del planeta, y pronto será la primera. En los años ochenta Rusia agonizaba de setenta años de comunismo, un modelo que ha demostrado ser muy ineficiente e incapaz de competir con el sistema capitalista.

4.1 La economía china aprovecha muy bien la llegada de Donald Trump

China es una economía de mercado, sus empresas son líderes mundiales en segmentos de nuevas tecnologías, lideran la nueva revolución tecnológica de inteligencia artificial y han aprovechado la llegada de Donald Trump y la debilidad europea para financiar y ser el principal socio comercial de: Asia, América Latina, África y ahora empiezan a irrumpir en la Europa del Este. Su objetivo es extender su influencia sobre la antigua ruta de la seda, hoy denominada OBOR.

Recuerdo en 2010 discutiendo con un alto funcionario del Tesoro junto a la Casa Blanca en Washington. Me dijo que el consumo crecía y que en los mercados les compraban los bonos. Le pregunté qué pasaría si los chinos les dejaban de comprar bonos y me dijo ¿si no son nuestros bonos a quién se los van comprar?

En EEUU viven confiados igual que los Austrias y los Borbones en el final del Imperio español de que siempre les comprarán sus bonos. China tiene una gran vulnerabilidad que es su elevada deuda privada bancaria, especialmente con empresas. La ventaja de China sobre la deuda estadounidense es que la financian con ahorro interno.

Como nos enseñó el maestro Rudi Dornsbush, los desequilibrios duran más de lo que estimamos los economistas y corrigen de manera más brusca de lo esperado. Tras la Gran Depresión y la segunda Guerra Mundial el mundo vivió el mayor periodo de estabilidad financiera de su historia gracias a los acuerdos de Bretton Woods. Tras la Gran Recesión el mundo vuelve a cometer los mismos errores que le llevaron a ella.

Donald Trump está sembrando hoy las semillas de la próxima crisis financiera mundial. Nadie sabe cuándo será, pero llegará y será más virulenta de lo previsto.

 

blog josé carlos díez