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Carme Chacón, esa fuerza de la naturaleza a la que nunca olvidaré

carme chacón

Ayer domingo estaba merendando con mis niños en la calle Orense de Madrid y me llamó un amigo para darme la noticia de la muerte de Carmen Chacón. La primera reacción fue de negación; el cerebro humano no está preparado para aceptar la muerte inesperada de un ser querido y tan joven. Hace dos semanas hablé con ella y quedamos en organizar una conferencia en la Universidad de Miami aprovechando un Foro al que voy a asistir. Y habíamos quedado en volver a hablar a su vuelta.

Hoy en la Casa del Pueblo de Ferraz, delante de su féretro, fue muy duro asumir que ya nunca volveré a verla, ni a hablar con ella. Hoy ha sido un día duro pero también muy emotivo. En la era de la antipolítica denostamos a los políticos. Ya sucedió con Suárez en los años ochenta tras una crisis económica igual de intensa y duradera que ésta que padecemos. Pero como economista observador es una gran oportunidad vivir la política desde dentro para comprender muchas cosas que es imposible entender si sólo ves la televisión, escuchas la radio y lees los medios.

Carme Chacón se merecía este homenaje

El PSOE es un partido que ha conseguido 11 millones de votos y esas y muchas más personas se habrán sentido hoy consternadas por la muerte de Carmen Chacón. Personas que comparten valores y una idea de la sociedad española y el mundo, y por eso depositaron su voto. El PSOE tiene casi 200.000 militantes que viven la política con pasión, muy por encima de la media del resto de los ciudadanos. Hoy hacían cola para dar el último adiós a uno de sus referentes a la que ya no volverán a ver.

Los periodistas (de todos los medios) que siguen al partido estaban muy afectados. Como me ha dicho una de las mejores periodistas de España, que hacía cola como una más con lágrimas en los ojos para despedir a la que tantas veces entrevistó y con la que tantas historias compartió: “antes que periodistas somos personas”. Ver a políticos de otros partidos ir a compartir el dolor con sus adversarios ha sido también muy emocionante.

Lo más duro, como en cualquier fallecimiento, es su familia. He conocido a sus padres, que estaban hundidos, pero recibiendo el cariño de miles de personas que querían dar un último homenaje a su hija; a su ex marido que estaba destrozado y tenía que ir esta noche a decirle a su hijo de 8 años que su mamá ya nunca va a volver.

Pero también he visto el sufrimiento de su familia socialista. Zapatero, que además de su compañera desde Nueva Vía cuando fue nombrado secretario general y su ministra en los siete años de gobierno, era sobre todo su amiga y de su entorno más íntimo. La muerte de Toño fue muy dura, pero tras una larga enfermedad le dio fuerza para seguir defendiendo los valores cívicos que compartía con su amigo del alma. Pero la muerte repentina de Carme Chacón le ha dejado muy tocado. Rubalcaba, con el que compitió en el congreso de 2012, con lágrimas en los ojos y muy afectado. Susana Díaz, que la apoyó en 2012 y con la que tenía una gran amistad, se ha abrazado a mí llorando y diciéndome el dolor que sentía como si se hubiera muerto un familiar.

Como me enseñó una vez un buen amigo “la política saca lo mejor y lo peor de personas”. Hoy he visto lo mejor, la magia sin la que no es posible comprender que un partido político tenga 11 millones de personas que depositan su papeleta en una urna de cristal, que gobierne y consiga que la sociedad progrese. Carmen Chacón se merecía este homenaje. Siempre la admiré, pero más aún cuando he sabido que tenía un problema congénito en el corazón y nunca hizo victimismo de ello.

Carmen Chacón era una fuerza de la naturaleza y siempre donaba energía. Hace dos semanas estaba llena de vida, llena de ilusión con las primarias del partido para conseguir de nuevo recuperar la confianza de los ciudadanos, y poder volver a gobernar y transformar la sociedad.

Solo una persona así tiene capital político para conseguir emocionar a millones de personas y tener un homenaje como el que ha recibido Carmen. Espero y deseo que aprendamos a valorar a nuestros políticos buenos en vida y a respetarlos más para respetarnos más como sociedad.

Gracias Carmen y hasta siempre. Nunca te olvidaré.